A mi me agarró la noche pasando Ramallo ya que tenía buen viento del NE en general, con algunos sectores encalmados pero muy pocos.
Antes de la última luz preparé agua caliente en un termo, me puse la linterna, el arnés al barco y prendí la luz de tope.
El interior del barco tenía una luz led roja para no encandilarme. Algo que me resultó muy útil es la ecosonda con la alarma puesta a 1,50m pese a que el barco posee orza. Cuando la noche es cerrada la costa se ve apenas ó se confunde, y es difícil estimar distancias, por lo que con la profundidad uno sabe mejor a que distancia puede estar la costa. Cuando sopla y uno esta tirando bordes en un brazo estrecho, y uno esta peleando concentrado por cambiar una vela mientras el velero navega con piloto automático, la alarma del ecosonda te avisa que te estas acercando demasiado a la costa.
Tenía detrás tres barcos de los que me alejaba con viento suave y se me acercaban con viento fuerte porque eran más grandes y con tripulación. Yo los mantenía ahí y delante mío la flota se había alejado bastante, cosa que apenas veía el próximo barco.
Para posicionarme en el río usé un GPS standard viejo que solo me daba posición, asi que a cada hora trasladaba ese dato a las cartas que tenía impresas en papel y corroboraba con lo que veía alrededor. Además tenía el Navionics instalado en el celular. Ambos sistemas funcionaban de primera, pero el último era genial porque me indicaba boyas, profundidades, rumbos, y velocidad en nudos sin casi esfuerzo. El celular lo tenía metido en una bolsa seca con un cordín al cuello que me regaló Gabriel y dentro del bolsillo del salvavidas.
Cada tanto usaba el timón automático un Simrad TP10 para fijar el rumbo y tomar algo caliente ó descansar un poco o estirar las patas.
Hasta bien entrada la noche no hubo ninguna novedad más que la de un salame desde el puente de un barco que alumbraba con un laser verde mi velero para jugar a eso de las 10 de la noche.
Llegando al Km 280 el viento ya era importante produciendo mucha escora, asi que puse timón, saque la genoa y puse el foque, pero al rato tuve que poner también la primer mano de rizo.
El viento seguía aumentando y veo que una chata viene bajando el río, ahi decido tirar un borde largo por delante del trayecto de la chata que venía lejos y ponerme entre una boya roja y la costa para quedar a barlovento de la chata, ya que la curva del río aqui toma hacia el NE y veo que un velero que estaba atrás intenta lo mismo pero los salames de la chata los encandilan con un reflector mucho antes de llegar a ellos molestándolos y seguramente asustándolos. El velero se queda a estribor de la chata encandilados y el viento que aumentaba, yo estaba contra la isla a babor y estaba protegido del viento más fuerte. Oigo algunas quejas del velero hacia la chata por VHF y tomo un corte en el lateral del canal principal detrás de un islote pequeño que veo en el Navionics para cortar la curva por un lugar de unos 4m de profundidad. Es el Km 272 del río. Veo que la chata también va tomando el corte conmigo que era bastante chico, por fuera del canal navegable y sin ningún otro barco arribando lo que me obliga a mantenerme más a babor y a putearlos, felizmente pasan y se van río abajo, ahora si por el canal principal.
Yo creo que lo hacen a proposito, ver el velero de esos navegantes impulsados por el reflector de estos idiotas hacia estribor sin ninguna necesidad porque no estaban intentando cruzarse adelante, y siendo además que luego la chata corto totalmente a babor por detrás del islote da bronca.
En ese momento ya tenía el viento de jeta y fuerte, entré en un agite de olas interesante pero sin corderitos al tratar de retomar el canal principal. Pongo el timón en auto y voy a proa a sacar foque y pongo 2 manos de rizos, algunos rociones pasan sobre la cabina del velero. El piloto mantiene el rumbo algo orzado y justo para desventar poco y permitirme laburar tranquilo. Es en ese momento que veo que el velero me alcanza ya que venían con tripulación y a toda vela. No tuve tiempo de saludarlos y una vez ordené el tema velas, tiré varios bordes ya controlados y busco meterme en el corte de la Isla San Pedro.
Km 267, entro en la cortada San Pedro, el viento baja ya que estoy protegido por la isla y puedo navegar más cómodo. El otro velero creo que siguió derecho por el canal principal, adelante mío no veo nadie y al rato oigo por VHF que los dos veleros que tenía atrás mío abandonan la regata.
Ahora estoy solo, aprovecho para comer algo y los kilometros pasan casi sin darme cuenta, el sueño que esperaba tener no existe, a lo lejos algunos refucilos iluminan el horizonte y el viento va amainando. Aprovecho estos momentos de viento suave para comer algo, ordenar las cosas, tomar un café y calentar agua. Pasé la mitad de camino y ahora debo concentrar para entrar al Paraná de las Palmas.
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